En ocasiones al estar frente a un posible y potencial cliente que te pide realizar un video de bajo presupuesto para su marca o empresa, intentamos retenerlo ofreciendo un costo bajo por el proyecto, pero hay que tener cuidado con esta forma de pensar, especialmente si deseamos conservar ese cliente.
Ofrecer un video de bajo presupuesto no es la mejor solución para tener la confianza de un cliente y mucho menos la fidelización de este, más bien, tenemos que hacerlo consciente de que para que obtenga un video de la más alta calidad, es necesario que valore todos los costes que este requiere.
Intentar acaparar todos los aspectos de la producción por ti mismo, cuando no se tiene el presupuesto necesario, te lleva a cometer errores graves, que pueden costar el disgusto de tu cliente y por supuesto una mala recomendación, limitando tu campo de acción.