Cuidado con lo que cuentas de tu empresa
Será que con la edad uno se da cuenta de más cosas o quizás desde que llegó internet la forma en la que nos comunicamos cambia continuamente. Lo que antes era normal ahora puede considerarse un insulto o viceversa.
Ahora más que nunca hay que andar con pies de plomo a la hora de contar historias.
Y es que no hay mas que ver una película de Cine de Barrio para darse cuenta que nuestra forma de ver el mundo ha cambiado y, afortunadamente, para mejor. Esos chascarrillos que antes solían ser graciosos o esos chistes que te hacían morir de risa ahora son espeluznantes, machistas, homófobos y mil cosas más. Lo que antes se veía normal ahora se analiza con lupa por el bien de la sociedad y la integración de todas las personas y colectivos.
Pero, ¿qué es la comunicación inclusiva?
Una comunicación libre de estereotipos y prejuicios, así como respetuosa con los colectivos oprimidos o vulnerables. Los cambios en nuestra sociedad son constantes y configuran una pluralidad que cada vez más abraza su diversidad y su complejidad. Reflejar esta diversidad también en el lenguaje inclusivo nos ayudará a construir un mundo más justo e igualitario.
Justo esto es lo que hago con las empresas cuando contamos historias. Dotarlos de esos valores y de ese lenguaje inclusivo cercano que nos ayuda a construir un mundo más pleno. Porque como diría alguien que conozco muy bien: ¡Un mundo mejor es posible!
La manera de utilizar el lenguaje inclusivo define tu personalidad
No se trata de que estas empresas queden bien ante las cámaras, todo lo contrario. El reto consiste en mostrar aquello que no se ve y que tiene mucha relación con la responsabilidad social, el trato con las personas y cómo esto se refleja en sus clientes. Se trata de generar realidades.
Compromiso, igualdad, innovación, respeto, responsabilidad o igualdad. Son los valores que más gustan a las empresas a la hora de darse a conocer. Pero, al igual que la comunicación no verbal, existen otros que mostrar y que aparentemente pasan desapercibidos.
Pondré algunos ejemplos que encontré navegando por la red y que recogen en la Guía de Comunicación Inclusiva del Ayuntamiento de Barcelona:
Expresiones racistas y coloniales:
Cambiar persona inmigrante por persona migrante: la migración es un proceso que empieza y acaba. No es por sí mismo un rasgo definitorio.
Cambiar inmigrante de segunda generación por descendiente de personas que migraron: la migración no se hereda
Cambiar persona de color por persona negra: en nuestro idioma, persona de color se considera un eufemismo.
¿Cómo lo hago yo? Así:
Género y LGTBI:
Cambiar los padres y madres por las familias: hay muchas estructuras familiares y todas son familias.
Cambiar los alumnos por el alumnado: hay que hacer uso de sustantivos genéricos, colectivos o abstractos.
Cambiar los trabajadores por los trabajadores y las trabajadoras: hay que desdoblar el término.
Así lo hicimos con FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción)
Personas con discapacidad o diversidad funcional:
Cambiar discapacidad por persona con discapacidad o persona en situación de discapacidad: ponemos énfasis en la persona, no en su movilidad.
Cambiar minusválido por persona con movilidad reducida: una persona sin discapacidad no es normal frente a una persona que tiene discapacidad. El concepto de normalidad es otra forma de discriminación y exclusión.
Cambiar demente/loco/trastornado/enfermo mental por personas con problemas de salud mental: todas las personas somos tan susceptibles de tener problemas de salud mental como de sufrir otra cualquier enfermedad. Somos más que un diagnóstico médico.
Este apartado es el que he trabajado desde siempre con mucho cariño, quizá porque también lo sufro. Aquí un ejemplo:
Y así suma y sigue. Estos son solo algunos de los muchos ejemplos de lenguaje inclusivo inclusivo.
Una comunicación más inclusiva nos ayudará a redefinir el mundo que nos rodea y a tener presente toda la diversidad pero como digo siempre, la clave de todo está siempre en tener una estrategia de storytelling porque lo difícil no es saber qué quieres contar, cómo lo quieres contar usando el lenguaje inclusivo, cuándo lo quieres contar, a quién se lo quieres contar o dónde lo quieres contar, lo difícil es entender por qué lo quieres contar.
Si quieres tener un vídeo así, como los que acabas de ver, para tu proyecto o empresa puedes contactarme aquí: